martes, 21 de octubre de 2008

SIN EFECTOS ESPECIALES

Esto es Smara. Y eso no es una nube, es una auténtica guetma, una tormenta de arena. Fue unos días antes de que la lluvia se llevara por delante más de 1.700 jaimas.
Esta es la dura realidad a la que se dirige el Bubisher. Viendo la imagen, con el alma encogida, todo esfuerzo parece escaso y mezquino. Porque esta es la realidad a la que llevó España a los saharauis, hace 32 años. Un bibliobús no es nada frente a esa muralla de arena y furia desatada, pero es algo. Una lágrima es muy poco junto a la inundación que se ha llevado sus escasos enseres, pero es algo. Es, al menos, la respuesta de la sociedad civil española frente al hipócrita y cómplice silencio de quienes nos gobiernan, de quienes han hecho realidad la antigua maldición beduina: ojalá te destierren a la hammada. Un día, un niño saharaui cerrará un libro y empezará a escribir otro: La tormenta de arena. Sin artificios, con la pluma de la memoria, sin efectos especiales.

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