jueves, 29 de abril de 2010

Bubigrafía.

Foto: Inés G. Aparicio

Los niños de Smara son fotografiados muchísimas veces a lo largo del año. Las cámaras ya no son un cuerpo extraño para ellos. Posan, sonríen y hacen el signo de la victoria; después te piden que les enseñes las fotos en las pequeñas pantallas de las cámaras digitales.


Pero, ¿qué ocurre si les hablas a los niños de la magia de la luz?


Lo que ocurre son fotografías como esta. 

Los niños hacen literatura, y la hacen mejor que nadie. Si aún no son capaces de escribir historias en castellano, si que están capacitados para contar sus cuentos desde las imágenes. Son buenos, muy buenos, tienen el mejor punto de vista y saben como utilizarlo. En octubre lo demostramos en el curso de estenopéicas.


Hasta hoy no me he atrevido a revelar las fotos. Demasiada luz en el desierto, mucha arena y poca fé. Pero el Bubi, una vez más me ha sorprendido. Y es que no os podéis imaginar la alegría que me llevé al ver aparecer estas imágenes en los papeles arrugados que llevaban más de siete meses esperando.


 ¿Es arte?¿Es magia?
¡¡ES EL BUBISHER!!

martes, 27 de abril de 2010

LA HISTORIA DEL HOYO

Foto: Jose Andrés


Nunca supe por qué se encontraba allí, justo a la salida de aquel consultorio de salud improvisado.

Tampoco supe nunca por qué allí precisamente, a escasos centímetros de la salida, a modo de trampa.

Lo realmente importante es que estaba allí y que yo lo ví y lo comparto con vosotros.
No me preguntéis más porque pienso que el enigma de aquel agujero es como una parábola del propio pueblo saharaui : se encuentran allí, en medio de la nada, pero nadie quiere una explicación, ni la necesitan; están ALLÍ, el único lugar que sostienen con la mirada a través del tiempo.

Volveré para ver de nuevo el hoyo, quizás más profundo, quizás más perfecto, y sabéis… no preguntaré jamás para que lo están haciendo porque sería romper el hechizo de su memoria.

Jose Andrés García

lunes, 26 de abril de 2010

FIESTA DE LIBROS Y CAMISETAS




Lo que vemos arriba es una representación del CEIP Julio Caro Baroja, de Málaga. Este año han celebrado el día del libro colaborando con el Bubisher, comprándonos muchas, muchas camisetas, como las que llevan puestas en la foto. Yolanda, la profe que se ha encargado del trabajazo de poner de acuerdo a tanta gente, nos decía que salió un día estupendo de sol y calorcito, después del duro invierno que soportaron por tierras malagueñas. Un presagio, sin duda. Un poco de ayuda divina, para poder compartir el mismo sol del desierto y estar así más cerca del Sáhara.
Queremos agradeceros a todos vuestro entusiasmo, los comentarios en el blog tan naturales y tan sinceros, la ilusión que habéis puesto en ayudarnos desde el primer día cuando Gonzalo os visitó.
Gracias, gracias, shukran.
Gracias también a José Migueles, que diseña las camisetas y gestiona el proceso desinteresadamente. Es un miembro más del Bubi y aprovechamos para presentarlo a quienes no le conozcáis. Moitas gracias Jose.
Su web donde podéis encontrar muchos más modelos: http://golfon.jimdo.com/

Para los colegios, instituciones, bibliotecas, particulares y demás que queráis sumaros a la iniciativa de las camisetas, escribid un email a: luisami@hotmail.es y os informaremos.

Un abrazo de todo el equipo del Bubisher, que tengáis un buen fin de curso.


jueves, 22 de abril de 2010

LOS LIBROS SON ARMAS CARGADAS DE ESPERANZA

Foto: Memona Mohamed

Feli. Un nombre al que estos días ella misma le añade la última letra de nuestro abecedario. Feliz con el trabajo, feliz su convivencia con el pueblo saharaui, feliz de aportar ideas, de recoger opiniones, de acostarse cada noche con las estrellas y de amanecer con la fuerza de volver a pintar el nuevo día con su nombre terminado en Z.
Su trabajo con los maestros está siendo intenso, y en su recorrido por las escuelas descubre necesidades de colaboración, se admira del trabajo de algunos profesores como Mohamed que, con muy escasos medios, son capaces de desarrollar actividades llenas de color, de sorpresa y de ingenio para que los críos disfruten aprendiendo, y que demandan formación, encuentros, programas innovadores.
Ayer mismo, en una nueva sesión de las Noches del Bubisher, cuatro maestros asistentes hacían hincapié en esa idea de formación, en esa necesidad de encontrar caminos que les permitan crear equipos de trabajo para buscar juntos nuevas vías en el importantísimo camino de la enseñanza. .
En eso estamos en estos momentos, eligiendo libros, preparando actividades, buscando la forma de diseñar para el próximo curso escolar un programa amplio que desde la lectura apoye el aprendizaje del español en las escuelas, una oferta de cursos de formación para maestros que aporte nuevas técnicas de dinamización de la lectura y de organización de bibliotecas, talleres que sigan animando las tardes del Bubi con El Cielo como centro de interés común.
Si el MAR fue este año espacio en el que todos nadamos en Smara, al que todos aportamos olas y piratas, gaviotas y olor a yodo, viajes submarinos y barcos cargados de sueños, el CIELO es nuestro próximo destino. Porque en él no existen las fronteras.
Y no nos olvidamos, por supuesto que no, de la literatura saharaui oral y/ o escrita. Y porque los propios saharauis quieren saber, leer y participar de todo lo que sobre ellos se escribe, incluiremos en ese concepto de literatura saharaui todos los libros cuyas historias giren en torno a su / nuestro pueblo. Porque nuestro es también, porque, de una u otra forma, ya son parte de nuestra vida.
Ayer sin ir más lejos, leyeron algunos pasajes de La Zancada del Deyar con ese interés que despierta siempre una historia verdadera.
No cabe duda, los libros siguen siendo nuestras mejores armas para fulminar cualquier barrera. Vuestra colaboración, la mejor forma de utilizarlas.
Y la labor de Daryalha, Memona y Larossi, a la que estos días se suma la de Feli, el aire fresco que sopla con fuerza sobre el ánimo de todos.


domingo, 18 de abril de 2010

ESTRELLAS EN LA ARENA.


Escribo, escribo. VIVO, VIVO. LLevo una semana y da para varios libros.
Deciros, que estoy feliz. Que lloré cuando vi la realidad del pueblo saharaui, dura, que me emocionó su cariño, su acogida. El trato de igual a igual.Sus miradas, sus sonrisas, sus apretones de mano, los mejores regalos que te ofrecen: ellos mismos.
He estado en dos bodas, sí, y ahora un bautizo. No me creo la suerte que tengo. LLEVO puesta henna en manos y pies, y visto la melfa con orgullo.
Nuestro trabajo en el Bubi, importante porque es el de ellos., El Bubisher Vuela, vuela, cada vez más alto. Pero ló más importante es que no sólo nuestro aliento impulsa sus alas, sino el del pueblo saharaui. Y ya todos somos uno.Los que ya me habeis precedido sabeis de Daryhala, Memona. La ayuda que nos prestan y su trabajo diario con los niños y con todos los voluntarios. Su entusiasmo es contagioso y es un privilegio trabajar con ellas. Larossi. siempre dispuesto, siempre pendiente: jamás me he sentido tan cuidada como por él.
Altawabi, la pequeña estrella, sonríe feliz en el cielo-mar del Bubi, y se ha quedado para siempre en los ojos de los niños, y en la sabiduría de los mayores. En la alegría de un pueblo que se acuesta sonriendo y se despierta cantando.
Un enorme abrazo para todos.
SAADA Mi nombre en hassanía.


Felicitas.

miércoles, 14 de abril de 2010

DE BODA


Y es la segunda. Feli asiste esta noche por segunda vez a una boda saharaui de un familiar de Daryalha. Y según palabras de Memona, guapísima con melfa de fiesta y los pies y las manos adornados con henna. La acompañará Larossi, que, por supuesto, se pondrá también sus mejores galas.
Y todo después de unos días de trabajo intenso y de repartir invitaciones para el viernes.
Sí, el viernes se reanudan las noches del Bubi con sabor a tortilla de patatas y buenas perspectivas de asistencia. Ya son varias las personas que han confirmado que irán. Nada mejor que compartir cena, libros y un buen té para abrir de nuevo la posibilidad de vivir una experiencia plagada de intercambios culturales.
Y mañana recibirán la visita de Hamida. Su presencia es siempre un aliciente para los voluntarios que han tenido la suerte de conocerle, de escucharle, de compartir con él momentos que no olvidan. Y dentro de unas horas será Feli quien, junto con Daryalha, Memona y Larossi, disfrute de una jornada que se grabará para siempre en su memoria
Como se grabó en la de Jose, nuestro maestro del Kamishibai, que, por cierto, sigue siendo todo un éxito en las tardes del Bubisher, cada instante vivido en su semana de voluntario en Smara, donde escribió este poema que cierra hoy la crónica del día a día:


Cuando la noche no es oscura
y el silencio parece un sueño infinito de estrellas liberadas.
El Sáhara existe
y es más que una planicie de leyendas adormecidas.
Las gentes contemplan nuestra fragilidad
y los niños dibujan su sonrisa permanente
con una mirada limpia y hechizante,
bajo un rumor de estrellas descolgadas.
A veces es imposible quedarse dormido
tras estos muros
amasados bajo el eco sordo de
una huida hacia delante

Jose Andrés.

martes, 13 de abril de 2010

ALMAR LA MAR.




Llegamos la madrugada del 4 de abril a Protocolo, a donde nos fue a recoger Larossi por la mañana. Un Larossi cálido y hospitalario, con la puntualidad de un inglés y la elegancia de saber estar en el punto justo.

La mañana se fue dulcemente, en presentaciones, conversar, observar y colocar los enseres en los armarios.

Comimos en casa de Daryalha junto con Memona. Las dos nos recibieron, como antes hiciera Larossi, abriéndonos las puertas desde el primer momento, bromeando con nosotros a las pocas horas, compartiendo el té, impresiones y confidencias, haciéndonos cosquillas, de tal manera que hoy, que apenas llevamos juntos unos días, parece que nos conociéramos desde siempre.

El taller:

Hemos coincidido varios días con actos organizados en apoyo a los 7 saharahuis detenidos por Marruecos, con lo cual, al haber mañanas en las que se suspendían las clases para acudir a la manifestación, decidimos desarrollar el taller siempre que pudiéramos, ya fuera en las escuelas o en las tardes del Bubisher.

En cada uno de los grupos con los que trabajamos la edad de los niños era muy variada y los más pequeños no entendían el español, pero como el taller Almar la mar consta de quince propuestas diferentes de trabajo, pudimos escoger aquellas que creímos más apropiadas y que funcionarían mejor.

Para los niños más pequeños y con un nivel de español bajo o nulo, hicimos las propuestas más visuales y lúdicas, como utilizar la alfombra enrollada del Bubisher como si fuera una comba para que saltaran las olas del mar; escenificarles el mar con una manta térmica de aluminio plateado y dorado que movíamos imitando el movimiento de las olas, mientras ellos jugaban con pompas de jabón y pinzas de la ropa y globos como si fueran peces.

También dieron buen resultado para los pequeños (que entendían un poco de español) las siguientes propuestas:

El poema del “Alicátor Pinzón”, en el que hay que jugar a completar una serie de palabras que el Alicátor Pinzón ha cortado en el texto. Las palabras son sencillas y fácilmente comprensibles mediante gestos, como cena, cama…,ej.: “y nada quiere de ce / antes de irse a la ca”.

El libro “Los sonidos del océano”, en el que podían escuchar el sonido de gaviotas, ballenas y delfines entre otros.

Un pequeño cuento muy visual (inventado sobre la marcha) con el que Miguel y Raúl hacían magia mientras se lo contaban.

Una orquesta de sonidos de peces del mar (pez espada, pez martillo, pez perro…), con vestimenta de director y batuta incluida.

Además de las anteriores, para los que entendían el español, funcionó muy bien completar las siguientes frases sobre la arena como quisieran: la arena es…, la arena sabe a…, con la arena…, un día toqué la arena y…, si el desierto no tuviera arena…Después nosotros, dependiendo de sus respuestas, cambiábamos la palabra “arena” por otra. Unos ejemplos de cómo salió, juntando todas las respuestas que se les ocurrieron:

El amor es limpio, marrón y lleva piedras

El amor sabe a desierto

Con el amor hacemos castillos y casas

Un día toqué el amor y me llevó una ballena

Si el desierto no tuviera amor, sería una pena.

El Bubisher es suave, moreno, marrón y fino

El Bubisher sabe a polvo, a amor, dulce, al Sahara. A todo.

Con el Bubisher yo juego, hago casas y hago castillos

Un día toqué el Bubisher y me quemé, me picó. Pero era suave.

Si el desierto no tuviera Bubisher estaría triste y no habría árboles. No jugaríamos.

Para los que eran un poco mayores, y con buen nivel de español, se les hizo una propuesta de escritura relacionada con palabras del mar. Consistía en pescar entre todos palabras de un cartel (sustantivo, adjetivo, verbo, adverbio, sustantivo, preposición, sustantivo) para construir pequeños poemas. Está inspirado en la “Ensalada de palabras”, del libro De la letra al texto, de José Calero Heras.

Un ejemplo: la sirena triste limpiaba con paciencia las agallas, por amor

Los niños son muy participativos, lo que facilita mucho el desarrollo del taller, sus ojos inmensos están pendientes de cada palabra y cada gesto. Es un goce poder ofrecerles agradecidos este taller.

En definitiva, ha sido para nosotros un verdadero placer y una fuente de aprendizaje. Gracias por este regalo.

Isabel, Raúl y Miguel.

lunes, 12 de abril de 2010

SOLIDARIDAD, CON B DE BUBI, EN FIGUERAS


Qué hermosa experiencia, esta mañana, en mi pueblo, Figueras. Una reunión en la Biblioteca Pública con cuarenta niños del CRA de Tapia-Castropol, de las parroquias de Barres, Serantes, Tol, San Juan de Moldes y Figueras. Cuarenta pequeños voluntarios del Bubisher, entre los 3 y los 12 años, que querían hablar de Kori y Caramelo, de los niños del Sáhara, del biobliobús, de los libros y su relación con la vida...
Y querían también darnos su contribución, para que el Bubi vuele y vuele, no pare, no pare...
Hemos estado más de dos horas, no nos hemos dejado nada. Hasta hemos cantado con los niños de Smara, en la distancia de la geografía y la cercanía del corazón, aquello de "Saharaui, español, tu mano en la mía por la libertad".
Y este momento que refleja la foto: cada uno con su moneda, directamente sacada de su paga, para emprender el camino de la solidaridad. Siempre insistimos: no es caridad alguna, es aprender a compartir, es justicia, es eso: tu mano en la mía.

Había que ver sus caras cuando les explicaba todo lo que se podía hacer con sus 135 euros, con el pequeño gran esfuerzo de cada uno, cuando todas las fuerzas se unen en una sola dirección.
Y es que son muchos, cada vez más, los colegios e institutos que dan ese primer paso. De un camino que puede ser largo: Feli viajaba a Smara con un montón de chicos y chicas de un instituto de Teruel, para llevar libros a los campamentos. Y esta mañana una chica a la que he visto crecer, Alba, daba también su primer paso para ir el curso que viene al Bubisher, como voluntaria.
Gracias a todos.
Gonzalo.

domingo, 11 de abril de 2010

A LOS VOLUNTARIOS NO LOS PARAN NI LAS TORMENTAS DE ARENA

Isabel, Raúl y Miguel, ya están de vuelta. Como siempre, largo e incómodo viaje de vuelta, sobre todo en el aeropuerto de Argel. Y como siempre también, mucha emoción almacenada en la memoria. Tanta, que requiere tiempo y tiempo digerirla del todo. Hoy Miguel se ha despertado en su casa y no lo ha podido remediar: ha cogido el coche para ir a compartir con sus compañeros de viaje la rara sensación que suele acompañar a todos los voluntarios: una semana que se expande en la memoria, inabarcable.

Raúl Vacas ha dejado una huella de poesía en las escuelas del Sáhara, y los talleres de los tres han servido para que Memona exclamara: ¡No sabía que me gustara tanto la poesía!
Volverán, y seguirán vinculados al Bubisher, conscientes de que su primer viaje ha sido tan solo el de la toma de contacto.
Y ya está allí, a solas con Memona, Daryalha y Larossi, Felichu, Felicitas Rebaque. Su viaje ha sido complicado y se retrasó en Argel, porque había tormenta de arena sobre el aeropuerto de Tinduf. Llegó cerca de las seis de la madrugada, pero la recogió personalmente Habub, nuestro ángel de la guarda con bigote, y la llevó a protocolo. Hace un momento hablábamos con Daryalha, que estaba feliz con una nueva amiga con la que compartir el trabajo en las escuelas. Casi estamos deseando que acabe el curso para publicar aquí una memoria de todo lo que ha hecho Daryi con la ayuda de todos los voluntarios, en las nueve escuelas de Smara. Para que todos cuantos nos apoyan desde colegios o desde su casa constaten que el Bubi no corta el desierto sino vuela. Que merece la pena tanto esfuerzo; que así ni siquiera es esfuerzo: es placer, es vida.
Para todos los que habéis estado, este curso o el pasado: llegan abrazos y besos en las mochilas de Isabel, Miguel y Raúl. Y Felichu tiene tres semanas para llenar la suya.

miércoles, 7 de abril de 2010

Smara es un mar de poesías


Porque la poesía es el arte de desgranar las emociones, la forma de definir los sentimientos que fluyen de los rincones más genuinos del alma humana, porque es palabra que esconde entre sus letras luz y entre sus versos los sonidos del mundo, porque los poetas son estos días juglares voluntarios del Bubisher, Smara es hoy un libro de poemas que hablan del mar, que huelen a sal, que saltan de los libros como olas juguetonas empapando las caras de los niños que juegan en la arena de su playa.
Raúl, Isabel y Miguel solo sienten que el tiempo no se dilate, que los días vuelen a más velocidad que las gaviotas, que cada momento no se multiplique por mil. Los niños aplauden y piden más, más poesías, más mar, más tiempo con forma de caracola.
Y para que el sueño se siga haciendo realidad día a día, hoy han llegado al Bubisher varios amigos de Santander vinculados a la asociación Alouda, han hecho entrega de una gran cantidad de libros minuciosamente seleccionados para el proyecto y han compartido su tiempo y sus sonrisas con todos los que estos días hacen que el Bubi siga saltando, riendo, grabando en su memoria la fuerza de todos los que hacen posible que un cuento sea una aventura, un poema un pellizco de emoción y cada palabra una esfera repleta de vida.
Memona maneja con arte el arte del Kamishibai, Daryalha abre en los colegios las puertas que dan paso a mundos escondidos en los libros y Raúl, Isabel y Miguel siembran en el desierto poemas con alma de sirena.
Sin duda, el mar es infinito y empieza en la esperanza.

sábado, 3 de abril de 2010

ISABEL CASTAÑO, RAÚL VACAS, MIGUEL NÚÑEZ: AL MAR, LA MAR DE SMARA

Hoy viajan. Hemos tenido una semana sin voluntarios, porque Pablo y Mariana se quedaron sin billete. El año que viene, guitarra en mano. Pero sí, hoy viajan Isabel, Raúl y Miguel. Con un taller de poesía sobre el mar para niños y adultos. Cuando hagamos balance dentro de dos meses de todo lo que se ha hecho en este curso desde el Bubi, creo que nos asustaremos.


Así lo cuentan ellos hoy en su blog, raulvacaspolo.blogspot.com

Por fin llegó el día.
Mañana Isabel, Miguel (mi cuñado) y yo saldremos para Tinduf (Argelia) a pasar siete días en Smara como voluntarios del BUBISHER(el pájaro que trae la buena suerte), un bibliobús para los campos de refugiados saharauis.
Nuestra labor consistirá en desarrollar un taller para niños y maestros en las escuelas y en el bibliobús. El título de dicho taller es Almar lamar y contiene cinco capítulos: Imaginar el mar, Soñar con el mar,Dibujar el mar, Escuchar en el mar y ¡Mar a la vista! Cada capítulo contiene diferentes dinámicas de trabajo, así como alguna propuesta visual y varios textos de apoyo.




Almar la mar, tal y como señala Isabel Castaño, en el inicio de la guía didáctica es:

Un taller para descubrir la mar, reconocerla y
recuperarla a través de los sentidos y las palabras
hasta conseguir:
Buscar con la mirada su horizonte y comprobar su
redondez.
Unir las dos orillas con la mente.
Bañarse en la más fresca.
Imaginar su hondura y transparencia.
Saborear su brisa y separar sus ingredientes para
degustarlos poco a poco: la pez negra, el agua
clara, la sal blanca, las algas verdes y rojas, el
yodo de sol naranja, la carne azul del pescado y
sus escamas de cien colores.
Hundir las manos en la arena y escurrir el tiempo
entre los dedos, aguantar el tacto de las algas en
los pies, cavar un pozo con las manos hasta llegar
al brote del agua, dejar que mane y flotar en
ella panza arriba.
Escuchar el sonido de las caracolas, los niños en
la playa, las olas al romper, el agudo grito de las
gaviotas, el bullicio del puerto, el crujido de las
barcas y el roce de sus redes.
Recuperar la mar, amarla y almarla. Poblar la mar.

Los objetivos del taller son:

1. Recrear el mar a través del juego, los sonidos, la poesía visual, la imaginación,
los sentidos y la oralidad; y proporcionar al maestro o al voluntario
una guía de trabajo para completar el taller durante el curso.
2. Conducir al niño hasta el mar, a través de la lectura y la escritura mediante
un lenguaje sencillo, con pequeñas sorpresas que retengan su atención
y propuestas visuales atractivas y fáciles de comprender.
3. Favorecer la comunicación y las relaciones interpersonales a través del
diálogo, la creatividad y el juego.


Este blog quedará más desierto que nunca pero a nuestro regreso haremos una crónica detallada de la experiencia. Para cubrir esta larga ausencia dejo un verso de Rafael Pérez Estrada, de su libro Crónica del mar como fondo de pantalla.

"El mar es infinito y empieza en la esperanza"

EL BUBISHER POR GONZALO IRIBARNEGARAY

El Bubisher, el pájaro de la suerte, alzó el vuelo sobre las arenas del Sáhara, rumbo al sur, bajo un sol que teñía de rojo las numerosas dunas argelinas. En aquel mismo instante otro Bubisher, éste un camión cargado de libros, partía a dos mil kilómetros de distancia, y también rumbo al sur. Cruzó la penínsulaIbérica, el Mar Mediterráneo y, después, rodó sobre el asfalto argelino hacia el interior del desierto. Sus paredes lucían un dromedario, unos libros, una bandera de la república saharaui y, cómo no, el colorido retrato de un enorme pájaro de la suerte. Su interior lo habitaban varios voluntarios y un proyecto cargado de ilusión, una utopía hecha realidad, un afán de ayudar a un pueblo a través de la cultura, el canal que sus impulsores mejor dominaban. El camión y el pájaro avanzaronsobre el Sáhara, por unas tierras cada vez más áridas, rodeados de unos preciosos tonos ocres que, sin concesiones, excluían de todo rincón a la vida, al verde. El objetivo de ambos, alcanzar a un pequeño pero fuerte pueblo, el saharaui, que, abandonado a su suerte, luchaba por conservar su identidad, por recuperar un territorio perdido treinta y cinco años atrás al huir por el desierto. Tras varias jornadas el Bubisher, el camión, llegó a su objetivo, los campamentos de refugiados limítrofes con territorio marroquí, mauritano y, también, saharaui, pero dentro del espacio argelino, protegido, dondetreinta y cinco años atrás, tras huir por delante del ejército marroquí, las autoridades de este país les permitieroninstalarse, un entorno inhóspito, alejado de cualquier civilización, en un clima en el que la lluvia resultaba un acontecimiento extraordinario. El otro Bubisher, esta vez el pájaro de la suerte, también llegó hasta allí, sorprendido de encontrar semejantes asentamientos en mitad de la nada, entre gigantescas extensiones de arena, rodeados por el mayor desierto del planeta. De pronto encontró al camión con su dibujo y se posó en él, expectante, ansioso por conocer. Desde allí observó las pequeñas construcciones de adobe y uralita, frágiles ante un siroco que a veces soplaba despiadado, los cielos azules desde donde el sol, brillante y poderoso, arrojaba sus abrasadores rayos, los corrales de los sedientos dromedarios y cabras, una maraña de hierros y palos, los pequeños bidones de agua, a veces transportada en cisternas para abastecer a decenas de miles de personas, los áridos campos en los que el cultivo era un sueño, la arena, la arena infinita... Sin embargo, y a pesar de todas las penurias del exilio, encontró a los saharauis como un pueblo hospitalario, alegre, orgulloso,colorido, generoso y amable, con una estructura social sólida y organizada, una educación notable y una sanidad para todos los públicos. Eso sí, todo pendiendo de la fragilidad de un hilo tejido por la solidaridad internacional, de un sentimiento de apoyo compartido por ciudadanos de todo el planeta, pero sin el compromiso firme de sus gobiernos para desatascar un conflicto que, si no, perdurará para siempre. El camión comenzó a rodar por las arenas interiores de los propios campamentos, convertido en un bibliobús del desierto. El pájaro continuó sobre él, observando las carreras de los niños cuando visitaban las escuelas, luchando por entrar los primeros en el extraño camión, con un interés inusual por conservar el idioma que compartieron sus padres con un país que, en su día, fuera una potencia colonial asentada en su territorio, un idioma que, sin el apoyo adecuado, corría y corre el riesgo de evaporarse de la cultura saharaui. Y así, el Bubisher se convirtió en un complemento en la educación de los pequeños saharauis, un camión didáctico donde su peculiaridad y la simple presencia de los voluntarios españoles estimulaban la atención de unos niños ilusionados por escapar de la rutina. Después vinieron los diálogos nocturnos, donde los adultos conversaban en unas tertulias que, también, fortalecían su castellano, conversaciones junto al bibliobús y bajo los poderosos cielos estrellados del desierto, donde la nostalgia y la esperanza aparecían una y otra vez, sobre todo entre los más ancianos. Y pronto el Bubisher pasó a ser un proyecto mixto. Los voluntarios españoles ya no estaban solos. Dos jóvenes saharauis se convirtieron en la columna vertebral allí, sobre el terreno, en una transición que aún continúa. Y poco a poco fluyeron la lectura, la escritura, las conversaciones, los juegos y, también, a muchos kilómetros de los campamentos, más allá del mar, la colaboración de numerosos españoles, algunos desde la distancia, y otros ansiosos de viajar hasta allí con el afán de conocer y ayudar a unas personas que, aunque se nos olvide, fueron nuestros conciudadanos pocas décadas atrás. Afortunadamente, las andaduras del Bubisher continúan consolidándose, creciendo, intentando introducirse en nuevas áreas, abrirse un futuro: quizá con una biblioteca estable, quizá reproduciéndose en nuevos Bubisher que vuelen y alcancen a los diferentes campamentos que, alejados unos de otros, impiden que el único bibliobús existente contacte con una mayor población. Bonito sería ver a un pacífico ejército de camiones coloreados transportando cultura por las arenas de los campamentos saharauis, como si de una bandada de pájaros de la suerte se tratara.

El artículo completo con fotografías, en este enlace_

http://www.gonzaloiribarnegaray.com/wp-content/uploads/el-bubisher.pdf

www.gonzaloiribarnegaray.com