miércoles, 25 de agosto de 2010

UN NUEVO VIDEO PARA UN NUEVO BALANCE



Se va acercando la hora de comenzar el tercer curso del Bubisher en los campamentos. Creciendo sin parar, llegando mucho más lejos de lo que preveíamos, año tras año. Irene Bailo, que está recogiendo cada paso del Bubisher en imágenes, y que con “El pájaro de la buena suerte” llevó nuestra pequeña aventura a cualquier rincón del mundo, estuvo este curso pasado en Smara, y acaba de finalizar el montaje de una versión breve del reportaje hecho, para poder colgarlo en youtube y vimeo. En el reportaje todos nuestros amigos van a poder conocer a Daryalha, Memona, Larossi, a maestras como Kabara Selma, a niños que ya son parte de la vida del Bubsiher. Veréis también a algunos voluntarios en acción, el milagro del camión transformado en pecera, la ilusión de los niños. Y los que hemos estado ya allí reconocemos rostros y sonrisas que ya están dentro de nuestra sangre: Rhim, Fati, Hassana... O el impagable Brahim, con su lengua de Babel. Haremos pronto balance del año, mucho más detalladamente, y hablaremos de lo que queremos emprender este año: construir una biblioteca fija para que puedan acceder también a la lectura jóvenes y adultos, comenzar a trabajar en el campamento de El Aaiun... El Bubi vuela, y las imágenes y los sonidos que nos va aportando Irene son historia en movimiento


http://www.youtube.com/watch?v=ZdEPAw3Q_nQ

martes, 3 de agosto de 2010

DEMASIADO CALOR


A veces los sustantivos deberían ser adjetivos para poder hacer con ellos superlativos absolutos. A los 48ºC que envuelven hoy a nuestra gente saharaui, no se les puede tildar de calor, es algo más, es "calorísimo". Agni, Loki, Vulcano, Hefesto y toda la legión de seres mitológicos asociados al fuego se han dado cita en nuestras jaimas, en nuestros campamentos, en cada piedra de la Hammada. Ni siquiera por las noches dejan de mover sus lenguas de fuego.
Vivir a esa temperatura es casi inimaginable y, sin embargo, allí están nuestros amigos, nuestras familias transitando por las veinticuatro horas de cada día de más de cuarenta grados.
Para ellos, para todos ellos, hoy como siempre, pero más que nunca, nuestro recuerdo, nuestro cariño y el fuerte deseo de que el superlativo abandone pronto al calor y se asocie con una ráfaga de aire fresco.